14 abril 2010

Dilemmas. I hate it. (II)

Yo me estaba derritiendo, solo pude sonreír.
-Uh… donde puedo encontrarla?-preguntó, sin dejar de reír.
Me obligué a concentrarme en mi trabajo y me dirigí hacia la parte trasera de la tienda, invitándole antes a seguirme con una mirada. Cuando llegué hasta la sección de ropa de hombre, señalé algo de ropa, por que no me sentía capaz de hablar.
Era una sensación extraña. Verdaderamente extraña. Tenía ganas de ponerme a hablar con él como si le conociera de toda la vida, e intentar averiguar tantas cosas como me fuera posible, pero a la vez sabia con certeza que si decía algo, seria alguna tontería, y encima me saldría aquella estúpida voz aguda que estaba siempre dispuesta a acudir en los momentos menos indicados.
Desde luego… como una adolescente descontrolada. Odiaba la voz aguda.
Sentí un extraño cosquilleo en todo el cuerpo cuando él me dio las gracias con aquella melodiosa voz, acompañando las palabras con una hermosa y extraña sonrisa.
Sinceramente, nunca creí en el amor a primera vista, siempre creí que eran estupideces inventadas para las ñoñas películas de amor que siempre acababan felices, pero en ese momento no hubiese podido negar que existía, por que aquel desconocido, con aquella sonrisa, había echado mis creencias a tomar viento.
Finalmente, decidí que seria mejor no mirarlo y volver al mostrador, y lo conseguí durante unos segundos, antes de volver a girar la vista. No tendría que haberlo hecho, por que me quedé como embobada viendo como su hermoso y perfecto cabello bailaba cada vez que se movía, con aquella extraña elegancia tan poco común.
En fin, al final me concentré en comerme el “sándwich del descanso” en otro lugar donde no estuviera dentro de mi campo de vista, así que descarté el mostrador, y me fui a otro taburete que había entre los probadores y la puerta del almacén.
-Amy?!-escuché de pronto, y me di cuenta de que Elise me estaba llamando- Por favor, ayuda al chico que hay de pie esperando en el mostrador.
Oh, bueno… aún no dije nada sobre mi nombre, no? Bueno, pues mi nombre es Emily, y me gusta. No se por qué, pero me gusta. Lo que no me gusta es su diminutivo, Emy. No, tampoco sé por que no me gusta su diminutivo, lo único que sé es que ya que odio que me llamen así, me llaman Amy, que suena parecido. Bueno, más o menos. Elise también me llama Ángel a veces.
No se por que lo hace, estoy segura que sabe tan bien como yo misma que no soy nada parecida a un ángel. Si, tal vez al principio parezca algo tonta e inofensiva, pero os aconsejo tener cuidado con las primeras impresiones, por que si yo o alguna de las personas que quiero están en peligro, puedo acercarme y apuñalar por la espalda a quien haga falta.
Así que… tal vez Elise me llame así para molestarme un poco. Después de todo, es mi mejor amiga, así que molestarnos es una de nuestras actividades preferidas.
En fin, miré hacia el mostrador de mala gana y le vi a “él”.
-Pero es hora de mi descanso!-Refunfuñé como excusa.
-No me importa!-dijo Elise.
Suspiré y me dirigí al mostrador de mala gana, después de darle el último bocado al sándwich. De nuevo, aquella sensación estúpidamente estúpida me invadió de nuevo al verle los ojos otra vez.
Me pasó todas las prendas, y yo las pasé por los infrarrojos, como siempre. Y estaba segura que no tenían mucho de rojos comparados con mi cara.
-80 €, por favor-dije al final, sin tartamudear.
Me costó, pero lo conseguí. Me dio dinero, y yo el cambio. Puse la ropa en una bolsa de plástico, mientras decía la típica frase que el vendedor le dice al cliente después de pagar.
-Que tenga un buen día!-la tenía tan aprendida que ni siquiera me costó, e incluso pude sonreír amablemente.
-Tu también!-rió él, y se alejó.
Me derretí literalmente. Y yo ni siquiera sabia su nombre! Dios, era frustrante!
Pero yo sabia que era una persona asombrosa. Que lástima que probablemente no volviera a verlo.
Dios, era realmente frustrante!
--
Al día siguiente, estaba en la tienda de nuevo, para variar. Y para variar, a primera hora no entraba absolutamente nadie. Elise y yo estábamos realmente aburridas, y ya habíamos organizado la tienda un par de veces, así que comenzamos a jugar a algo así como al “piedra-papel-tijeras”.
-Podrías cerrar esta noche tú la tienda?-dijo Elise de repente-Me tengo que ir un poco antes.
-Claro…-asentí riendo, por que acababa de ganar- hoy es jueves, no tengo nada que hacer.
-Gracias… Ángel-dijo con sarcasmo, y después se puso a reír al ver la cara de fastidio que había puesto.
Yo también lo hice al imaginarme mi propia cara, pero me detuve al escuchar detrás de mí su voz perfecta.
-Y podría este ángel decirnos si tienen esta camisa en una talla más pequeña?
Me di la vuelta, y allí estaba, señalando una camisa que otro chico mas pequeño, a su lado, tenía en las manos. Al ver sus ojos de nuevo, me perdí en ellos, y casi se me olvida que tenía que responder a la pregunta. “Suerte” que Elise me lo recordó con un discreto codazo.
-Eh… si, creo que si… voy a buscártela-murmuré, y me alejé rápidamente hacia el almacén, mientras Elise saludaba a otro cliente que acababa de entrar.
Entré en la habitación y busqué el modelo de la camiseta. Encontré un montón de ellas en el estante alto.
-Por que en el estante alto?-murmuré, poniéndome de puntillas y pasando el dedo por las tallas- mediana, mediana, grande, mediana, extra grande, grande… ah! Pequeña.
La saqué del montón de camisetas y me dirigí de nuevo donde esperaban los dos chicos, para darle la camiseta al más pequeño.
Él sonrió con gratitud y desapareció en uno de los probadores. Yo quería marcharme y seguir con otra cosa para no continuar con aquella sensación, cuando comenzó a hablar.
-Kiro vio mi ropa nueva, y le gustó demasiado. Así que para que no me la quitara, le traje aquí-yo la miré sorprendida- Mi nombre es Strify-sonrió.
Más tarde supe que su nombre completo era Jack E. Strify, y que en realidad ese ni siquiera era su verdadero nombre, pero por el momento, yo me conformé con Strify, ahora “él” tenía un nombre con el que podía soñar.  
-No creo que Ángel sea tu nombre real-continuó, sin dejar de sonreír.
Yo negué con la cabeza.
-No, es Em-Am… -dudé en que decir, y al ver que me miraba de forma extraña, como si estuviese loca o algo así, esperando una respuesta, me decidí por lo más corto posible- Llámame Amy.
Él parpadeó unas cuantas veces, seguramente tardé demasiado en decidir si le decía que era Emily pero que me llamase Amy, o simplemente el falso diminutivo. Suerte que al final acorté la frase, y así también las posibilidades de decir algo estúpido o tartamudear.
-Bonito nombre-dijo, finalmente, sonriendo.
Si, estaba claro que sonreír era una de sus aficiones.
-Gracias-murmuré, sonriendo también.
En ese instante, el otro chico salió del probador.
-Este se ajusta mucho mejor-dijo.
-Te queda bien- Strify asintió con la cabeza.
-Ya lo sé-Kiro sonrió tímidamente, y Strify le sacó la lengua, con una especie de pose pijo muy exagerado.
Yo levanté una ceja. Realmente parecían dos niños pequeños o algo así.
No pasó mucho rato antes de que les cobrara un buen montón de ropa, que hizo que la suma de la caja aumentara notablemente. 
-Si volvéis de nuevo mañana ya podremos montar unos grandes almacenes.
Ambos rieron con el comentario de formas realmente distintas. Mientras que el tal Kiro lo hizo agachando la cabeza tímidamente y cerrando los ojos, Strify se encogió, como si se fuera a partir por la mitad.
Si, desde luego, eran una especie de niños pequeños encerrados en cuerpos de chicos adultos. Por cierto, en ese momento me plantee cuantos años tendrían, pero lo dejé estar.

4 comentarios:

  1. Me mató eso último XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!

    Oye, pues ha mí me ha gustado. Me pregunto si habrá continuación :3... ¡queremos una cenita entre la adorable Amy y el seductor Strify!

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  2. seeee!!!
    Queremos pan, queremos vino, sabemos q St es su destino!!
    uff que raro, voy a cenar dew

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  3. O.O Vino... seguro que te has tomado un par de litros, no?

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  4. o un par de toneladas... e_e
    xDDD a mi tambien me gusto
    no es tan ñoño, solo que esa tal Amy es muy timida
    demasiado para ser creada por ti
    a ver cuando saca esa tigretona que tiene encerrada dentro

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