29 abril 2010

The mirror. Fragment.

Ella tosió y dio un paso atrás. No se dio cuenta que detrás de ella descansaba un balancín de madera, seguramente antaño utilizado para entretener a algunos infantes, y tropezó con él, perdiendo el equilibrio. Casi consiguió estabilizarse de nuevo, pero su espalda chocó contra lo que creyó una pared y cayó sentada. La vela se apagó al instante, un segundo después de que la llama bailara violentamente, y una nube de polvo se levantó desde el suelo, y cubrió por completo a la accidentada.
-Perfecto…-murmuró- si Evangeline se entera le dará un ataque…
Miró el balancín con el que había tropezado. Lo vio claramente, ya que la luna aportaba suficiente luz a través de las redondas ventanillas como para definir mediadamente todo lo que la rodeaba, como si quisiera demostrar que no le hacia falta la vela. Beatrice pudo comprobar entonces que el balancín era la figura de un caballo tallado en madera verde, y aún se balanceaba adelante y atrás del impacto. El animal parecía burlarse de ella con cada balanceo, así que ella se levantó indignada y puso los brazos en jarras.
-Ríase, ríase cuanto quiera… pero tenga en cuenta que yo saldré de esta estancia, y usted continuará aquí durante mucho tiempo, cubriéndose de polvo-hizo una pausa y cayó en la cuenta que estaba hablando con un objeto inerte-. Genial… ahora estoy hablando con un balancín… Tal vez si esté un poco chiflada, después de todo.
Sin darle mas importancia al tema, se dio la vuelta, y descubrió que la oposición que había encontrado para mantener el equilibrio no era una sólida pared, sino un pesado objeto muy alto que descansaba cubierto por una sabana que había perdido la blancura hacia ya mucho tiempo. Tuvo que dar un paso atrás para apreciar mejor sus dimensiones, parecidas a las de un armario. Beatrice contornó los ojos y acarició la sábana, escuchando claramente como su curiosidad le gritaba que descubriera aquello que escondía, arrojándola de un tirón al suelo. Y claro, nadie podía enfrentarse a su curiosidad, ni Evangeline, ni ella misma, así que dio un fuerte tirón, y la tela cayó silenciosamente al suelo, bailando en el aire, y levantando una segunda nube de polvo, que acabó de cubrir a la joven. Pero sin embargo a ella no le importó, por que ni siquiera se dio cuenta, concentrada como estaba en la pulida y brillante superficie que había descubierto. Y es que aquel enorme objeto no era más que un grandioso y extraño espejo de madera oscura. Estuvo contemplando su nuevo descubrimiento durante varios minutos, sin hacer ni el más leve movimiento.
Estudió las formas talladas en los laterales. Eran en su mayoría extrañas plantas, como si se tratase de una enredadera, pero también estaban talladas las torres de un castillo, un molino, unas estañas flores, y algunos animales. Era un espejo verdaderamente detallado, y seguro que muy valioso, pero no comprendía como había ido a parar un objeto como aquél a manos de su séptima tutora. No pensó en ello, pues seguía concentrada en la reflejante superficie, que se mantenía en perfecto estado, como si el tiempo no hubiese pasado, ya que no tenía ni una rotura, una rayada o una mancha de humedad, y brillaba como si lo acabasen de limpiar.
Beatrice miró los ojos de su reflejo. Estaban ligeramente hinchados, seguramente a causa  del llanto que la había invadido hacia a penas unos instantes, convocado por los tristes recuerdos. Inclinó la cabeza, y el reflejo hizo lo mismo. Dio un paso atrás, y la otra Beatrice se movió de la misma forma. Podría haberse pasado enfrente de aquel espejo toda la noche, sin saber por qué. Era lo más interesante que había visto desde su llegada a Inglaterra, a pesar de que no parecía tener nada de especial. Pero poseía algo que la atraía y la intimidaba al mismo tiempo.
Siguió contemplando el reflejo, ya no sólo el suyo, sino también el de todo cuanto la rodeaba, y fue entonces cuando le pareció ver que una sombra pasaba velozmente a las espaldas de su gemela. Se dio la vuelta rápidamente, por puro instinto, pero no encontró nada, más que la melancólica calma de los artefactos y el destrozado silencio de años de memorias.

Otro trozo de historia... que conste que utilicé "Beatrice" por que me parece
un nombre muy repipi y aristocrático. Si.... esto es el resultado de mi 
aburrimiento... comentar si lo habeis leido.

4 comentarios:

  1. A tu orden!! Ya lo he leído y... tengo sólo dos cosas que deci, o eran tres?

    Una: "Tubo que dar un paso atrás para apreciar mejor sus dimensiones," Mi querida amiga, "tubo" va con v

    Dos: "ya no solo el suyo," en este caso"solo" va con acento.

    Y tres (pues eran tres cosas): supongo que aquí "sino también el de todo cuando la rodeaba," en lo de "cuando" querrás decir "cuanto".

    Y después de este sermón, lo poco que has escrito me ha gustado, si hubiera sido el capítulo de un libro seguro que me lo hubiera comprado para seguir leyendo y saber que demonios pasa con el espejito dels cullons.

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  2. Bianca... tu y tus correciones xD xD Pero bueno, si me lo dices tu no se me olvida y lo puedo corregir.^^

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  3. ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Quiero saber más *_* en serio, espero que la continues eh!!!!!

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  4. *_____________________________*
    que hace Beatrice encerrada en una habitación tan rara? Y quien es Evangeline?? Que pasa con el espejo??
    Ya estas escribiendo chata!

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