18 abril 2010

Dilemmas. I hate it. (III)

No pude reprimir el impulso de mirarles mientras salían de la tienda. Eran personas realmente curiosas, de esas que no se encuentran en todas partes. Me pregunté donde narices se escondían.
Intentaba resolver el dilema cuando vi aquel pequeño trozo de papel doblado por la mitad sobre el mostrador. Vacilé antes de leerlo, tal vez se les había olvidado y no era plan de ser una cotilla.
Y un cuerno, en menos de dos segundos lo hube leído. Aunque en realidad no era muy extenso, que se dijera. Un número de teléfono, un “llámame” y… =^.^=
El resto del día se fue en un abrir y cerrar de ojos. Cerré la tienda, conforme había quedado con Elise, y me fui a casa. Durante todo el jornal había llevado el papel en el bolsillo, y cada segundo libre que tenía, lo miraba. No podía evitarlo, así que al final me aprendí el número de memoria. (Un poco patético, lo sé, pero no tenía nada mejor que hacer) También analicé la letra. Grande y ligeramente curvada. Perfecta. Si, hasta su letra era perfecta en mis ojos.

~~~
Estaba sentada en el sofá de cuero negro del salón, en chándal, con una taza de chocolate caliente sobre mis piernas, observando el papel, que descansaba sobre la mesa enfrente de mí. Realmente, no estaba segura de si quería llamar.
Por supuesto, quería ver a Strify de nuevo, pero por otro lado… podía resultar decepcionante, por que seguro que aquello no terminaría como realmente lo deseaba. Genial, un nuevo dilema…  con lo que me gustaban.
Detrás de mí sonó la puerta de la entrada, y mi compañero de piso entró, tan alegre como siempre.
-Hiii Amyyy!!-dijo alegremente.
-Hey-murmuré, sin mirarle.
-Problemas?-preguntó, más serio.
Yo asentí con la cabeza, y en menos de un segundo estaba sentado a mi lado, mirándome con los ojos entrecerrados, pidiendo una explicación. Yo era perfectamente consciente de que no dejaría de mirarme así hasta que le diera una explicación.
Aquello era muy típico de Lucas, o Luk, ya le conocía de sobra.
Él y yo compartíamos apartamento. Podíamos pagarnos uno individual perfectamente, pero así era menos solitario, más acogedor, y me sobraba más para mi cuenta de ahorros. Además, nos encantaba estar juntos, con sus buenos y malos momentos, por supuesto, por que era verdad que lo pasábamos muy bien, pero siempre había peleas. Las típicas peleas de espacio, sobre todo, aunque el apartamento no era pequeño, si bien tampoco era enorme.
Una habitación para cada uno, un salón con cocina Office, y un baño, aparte de la pequeña terraza y el estudio, que se había convertido en “el cuarto de los trastos”. No era mucho, pero era mi hogar, y el hogar de Luk, así que era perfecto.
Suspiré profundamente, y aquello le dijo a mi compañero todo lo que necesitaba saber.
-Así que un niño, obviamente.
En aquel momento me di cuenta de que me conocía demasiado bien, y que tendría que contárselo de todos modos, así que asentí con la cabeza, sin dejar de mirar el papel. Él se dio cuenta que no despegaba la vista de la pequeña nota, y en menos de un segundo estaba en sus manos.
Yo miré la taza de chocolate mientras él leía lo poco que había que leer.
-Pero no lo has llamado, supongo…-hizo cara cansina, y yo asentí-Amy! Eres demasiado tímida! Por que dudas?
Yo volví a suspirar.
-Como que por que dudo? Él es perfecto, lo sé aunque casi no lo conozco. Llámalo… intuición-reí, para después ponerme seria- Es perfecto… pero seguro que solo quiere sexo.
Luk pareció estar pensando algo durante un segundo hasta que al fin dijo algo, echándose hacia delante.
-Háblame de él.
Mientras pensaba que decirle exactamente, tomé un sorbo de chocolate. Después, puse la taza en mis piernas de nuevo y reí, sabiendo previamente que aquello sonaría tremendamente cursi.
-Él tiene los ojos más hermosos que he visto nunca. Están llenos de luces y tienen una chispa y… cosas que no he apreciado en nadie. Cosas que necesito entender-Luk me miró con emoción, el pobre era muy romántico-Y su pelo… dios! Es castaño, pero con la greña rubia, y cuando se mueve se agita a su alrededor como si fuese seda. Y su voz es dulce y tierna y divertida… Se llama Strify. Él sabe como me llamo yo, y que trabajo en la tienda de Elise, por que es allí donde le conocí, pero nada más-bajé la vista, desalentada, y Luk suspiró mirando al vacío.
-Suena maravilloso…
Si, por si no lo sabíais aún, Luk era gay. Y esto le convertía en un amigo increíble, por que podía hablar de todo con él, incluso de chicos. Con Elise no podía hablar de chicos, no me preguntéis por qué, simplemente no podía.
-Desde luego…-susurré- es perfectamente maravilloso.
Una de mis combinaciones de palabras, os iréis acostumbrando, o eso espero, por que las utilizo frecuentemente.
-Y por que no le llamas?-concluyó él- Si ves que no es lo que te esperabas, coges hasta donde quieras y te marchas.
Yo levanté la vista. Aquella era una típica frase de Luk, pero esta vez le encontré sentido. Por supuesto, yo podía cortar en cualquier momento si la cosa no me gustaba, y podía “coger” hasta donde me interesara. Y por ahora me conformaba con escuchar su voz de nuevo, por que le iba a llamar.
Le di la razón, y él sonrió triunfante. Siempre me ayudaba cuando le necesitaba.
Y allí estaba yo, aún sentada en el sofá, con una taza de chocolate frío sobre mis piernas, sujetando el teléfono  en una mano temblorosa. Y sí, estaba llamando a Strify. Y no, no podía esperar más a escuchar su hermosa voz otra vez. Era adicta, o algo así.
“…”
“…”
“…”
El maldito teléfono sonaba, pero no lo cogía, y yo estaba al borde de un ataque. Iba a colgar cuando su voz sonó al otro lado, haciendo que mi corazón diera un brinco.
-Strify-su voz era alegre.
-Uhm… Hey… soy Amy, de la tienda de ropa-ni siquiera sabia que decir, y me puse roja como un tomate. Por suerte, él no podía verme.
-Hey Amy!-rió.
Oh dios, yo ya me estaba derritiendo de nuevo al escucharle reír. Como narices iba a poder hablar con él así? Era imposible entablar una conversación medianamente normal!
-Como estás?-preguntó cuando me callé.
-Bien. Tu?-conseguí no tartamudear, pero la voz aguda comenzaba a notarse. Mierda de voz aguda. La odio!
-Estaba aburrido, pero ahora estoy perfectamente por que me ha llamado una chica linda.
Tuve que taparme la boca para no soltar uno de mis patéticos gritos de emoción. Siempre estaban dispuestos a estropear un buen momento, pero esta vez no. Claro que no pude evitar volver a ponerme roja. Dijo linda o ya estaba flipando? Luk me hizo movimientos histéricos con la mano para que dijera algo, pero yo no sabia que responder. Había alguna respuesta posible a esa frase!!!???
-Quieres que pasemos un rato juntos?-por suerte habló él primero, con un tono un poco más serio, y pude calmarme.
-Si, claro.
-Mañana?
-Uhm… tengo que trabajar mañana.
Se escuchó algo así como un resoplido al otro lado del teléfono, más o menos como el que Luk hizo a mi lado.
-Incluso por la noche?
“Danger” se escuchó en mi cabeza.
-No, pero el sábado tengo que comenzar muy pronto a trabajar, por que estamos a final de mes.
No supe por que le dije eso, seguro que no comprendía lo que “final de mes” tenía que ver, pero de todas formas me sentí orgullosa de haber dicho una frase larga sin hacer cosas raras, aunque Luk no pensaba igual que yo, por que se golpeó la frente con la mano.
-Uhm… que pena. Y el sábado, más tarde?
-termino a las 3 el sábado-no pude evitar sonreír anchamente.
-Está bien, pues te pasaré a recoger cuando termines.
Yo abrí los ojos. Tendría tiempo suficiente para prepararme? Oh, dios! Probablemente no, pero tal vez Elise me dejaría unos minutos.
-Vale-dije alegremente.
-Bueno, ya te veré- dijo, y una linda risita sonó después. Yo ya me estaba derritiendo otra vez, a este ritmo no quedaría mucho de mí para el sábado.
-Nos vemos-fue todo lo que pude decir, y después colgué, y tiré el teléfono encima de la mesa del café, como si me quemara en la mano. Luk reía como un idiota, yo estaba totalmente colorada.
-No te rías de mi!-exclamé, sin aguantarme la risa.
-Lo siento, pero es que… estabas tan mona!!-dijo, sin dejar de reír-realmente te gusta, no?-le caían lágrimas y todo, pero yo asentí-que mona!!!-repitió.
Yo me enfurruñé y me levante, dejando antes el vaso sobre la mesa, no penséis que me lo tiré encima yo sola, aunque en ese estado podría haber ocurrido. Pero no fue el caso.
Mientras que Luk continuaba riendose a mi costa, me dirigí a mi haitación. Cerré la puerta a mis espaldas y me acosté en la cama, para mirar el techo.
Tenía una cita con Strify.
Por que  una cita, no?

2 comentarios:

  1. OH MY GOD!!! ES GAY!!! pensaba que seria bi solo y pensaba en alguien parecido a Shin tmbn
    que lastima, y que malas excusas das nena...
    me tengo que levantar pronto -.-"
    si hace falta empalmas hasta el día siguiente melón!
    sigue subiendo dilemas!! I(L)U ^^

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  2. Sí, malas excusas xDDDDDDDDDD!
    Me gusta esta historia, muchas cosas de Amy me recuerdan a mí xDDDDD ains..
    Un besitooo, voy al otro capi que me quedaa!

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